En Estados Unidos, el grunge marcó una nueva evolución del punk y el hardcore de los 80, prefigurando la música y la subcultura emo que vinieron después. Surgido en Seattle a través de Soundgarden, Pearl Jam y Alice in Chains, se consideró una reacción a las bandas de hair metal de la década anterior, con una música empapada de distorsión y fuzz y letras angustiadas. La comunidad en general se definía por el pelo desaliñado, la ropa holgada y una estética relajada en general, que iba de la mano con los temas de distanciamiento y rebeldía de las canciones.

Kurt Cobain, líder de Nirvana, fue portavoz involuntario e icono de estilo de la escena grunge. Cantaba sarcásticamente sobre el espíritu adolescente de una manera comprensible para una generación de marginados, y hablaba en contra de homófobos, sexistas y racistas, al tiempo que expresaba su apoyo al movimiento a favor del aborto. Tanto los solitarios como los rebeldes se sintieron inspirados por sus elecciones de moda, y tiraron de los armarios de hombres y mujeres por igual para crear nuevas identidades a través de camisas de franela y hallazgos en tiendas de segunda mano. Cuando Cobain falleció el 5 de abril de 1994, se apagó la llama más brillante del movimiento grunge. Sus fans, viejos y nuevos, siguen llorándole.

El britpop se puso de moda ese mismo año en el Reino Unido, con dos álbumes definitivos: "Parklife", de Blur, y "Definitely Maybe", de Oasis, que arrasaron en las listas de éxitos. El britpop se desmarcó del hard rock, el punk y el metal que habían encendido los Estados Unidos de los 80, y captó el espíritu de la época en la que el "Cool Britannia" evocaba un nuevo orgullo por la cultura británica.

A medida que la política de izquierdas ganaba impulso en el Reino Unido, grupos como Oasis, Pulp y Blur se inspiraron en su propia herencia musical, sobre todo en los artistas de la "invasión británica" de los años sesenta. La bandera del Reino Unido también volvió a ser un motivo de orgullo, como puso de manifiesto la Union Jack Epiphone Sheraton de Noel Gallagher.

En lugar de la tristeza y la introspección asociadas al grunge, el britpop defendía el optimismo y la decadencia, y criticaba con frecuencia el aburguesamiento. Los vaqueros rotos y el pelo largo no se llevaban, y estaban de moda los polos Fred Perry y los chándales Kappa, un look que reflejaba la integración de la subcultura con comunidades no musicales como la del fútbol. Al igual que los aficionados al deporte de Manchester y Londres estaban unidos por rivalidades entre sí, el orgullo regional del britpop se acentuó con la rivalidad entre Blur y Oasis en 1995. Esta última fue calificada por los medios de comunicación como "la mayor rivalidad pop desde los Beatles y los Rolling Stones".

Blur ganó un enfrentamiento clave al imponerse a Oasis en la lista británica de singles, pero la "batalla del britpop" continuó. Los de Manchester contraatacaron en 1996, con dos conciertos en Knebworth ante 125.000 espectadores cada noche. Fueron los mayores conciertos al aire libre de la historia del Reino Unido.